Cogito Ergo Sum...

Pienso, Luego Existo. Y Conocer Es Meter El Dentro En El Fuera A Través de Mi Percepción.

viernes, 18 de marzo de 2011

Histeria

 Un aranque, otro impulso
De esos que me aceleran los latidos
Pienso que has perdido la virtud de hacerme sonreír
Y necesito una pluma, un cuaderno
Un lápiz no, No me gustan
Te extraño entre mis dedos
Por eso comienzo a escribir
Y van saliendo
     Una a una
        Sin Ternura
          Las Palabras que componen
Los Renglones Supuestos a Derrumbarte
Son la intención y por eso es
Que serán la consecuencia
Destruyen, Destrozan, Y Yo
Me deleito en su travesía
Dilátense.
Y tú, discúlpame
No comiences con tus iracundas miradas
Llenas de espadas,  de dagas que se clavan
O más bien pretenden hacerlo

Sin embargo, sabes algo?



Ya no Penetran
Cuanto más atraviesan
Porque entonces te desvaneces en mí
Y me quitas las ganas, me quitas todo
Quien fuera el destino para interponerse en tu camino
Y robarte lo que de inocente te queda
Que como yo, es medianamente ¡nada!
Casi enérgico, casi afable
Casi minucioso, casi distraído
Casi idiota, Casi brillante
Amor sin miserias!
Con una franqueza que te desquicie
Que se cuele entre tus huesos
Hasta helar tu corazón
Y arrancarlo.
Te perdono por no amarme así
Porque algún día darás un paso en falso
Como la ironía crónica que eres
Que mientras menos te procuro más ardes
Más dueles, más quemas
Y más te empeñas.
Sabes mentir, es una de las cosas que no dudo
Pero he aquí que te juro dos culpas
Te juro que Yo miento mejor que tú


Te juro que te quise lastimar.
Punto.
Y aparte.

Amor sin mitades, amor prolongado
                                   y otorgado.

OBCECACIÓN

Supe entonces que no volverías más
Y Volviste.

Descripción.
Eres de silencios finos, largos
Más fríos y hasta tiranos
Que desquician y corrompen
El más casto cariño, y no sé
¿Que será lo que hay en ti?
Aquello que me enerva y
A lo que le debo el corazón
A lo que le juro el alma
A lo que consiento la vida.
Eres algo tanto así que
Aunque sean pocos los milagros
Igual gastaría un par en ti.

Queja.
No cielo, no te calificaré de inerte
Tampoco de lejano ni de absorto
quizá de distante, o de pasionaal
Pero eso fácil queda detrás de nosotros
Podemos esconderlo debajo de la cama
si quieres.
Lo que sucede, y es evidente
Lo que siento, y es inminente
Es que cariño! eso me faltaa
Me cansas en las noches, con la espera
De un sólo dedo tuyo sobre mi pieel
De tu sólo aliento sobre mis labios
y tantos tan sólos que he leído
y me he imaginado casi con seguridad.

Supuestos.
No te entiendo a ciencia cierta
Y jamás te he tenido completamente
Pero es indudable que te he fingido
He hecho conjeturas a tu respecto
tatando de clausurar las ausencias
De llevarlas a un término glorioso
Que culmine contigo.
Sencillo.

Promesa.
¿Quieres saber un secreto?
Quiero saber que no es mi corazón
Mira lo cerca que está
Abre tus ojos y verás su forma de amar
Que es sublime, tierna y frenética
Su forma de amar es una promesa
Que hace que amanezca sin prisa
Que hace que el viento calle
Que hace que la luna se esconda
Sin que salga entonces el sol
Porque es tan excelso el afecto
Y tan calante la añoranza
Que la culminación de la promesa
No puede ser menos que divina
y gloriosa.

Fin.
Y es así como me quedé esperando
Cómo soñé mil veces sin vivir ni una
Cómo olí mil flores sin ver ninguna
Fue así como te Fuiste.
Y cuando lo hiciste, corazón no me quedó
Tampoco ganas ni aliento casi
Pero tenía corajee y una vida
Que no supiste arrebatar
Así que mi corazón siguió latiendo
No sé dónde, pero lo hizo.

Epílogo
Algún día, después de varios años
Escribiendo con ira que sufrió un papel
La pluma se agotó y decidió no seguir
Entendí que había escrito demasiado
Que todo lo que no lloré lo había escrito también
Que era inútil negar que te extrañaba
Que la promesa no se cumpliría
Supe entonces que no volverías más,
Y volviste.

Verde

No es tan difícil enajenarte si te vas fijando en los innumerables
Matices que van coloreando tu cuerpo, viene siendo a su rara vez
Mi cielo, te llamo y proclamo veces domildoceadas en tu tez
Mientras el sol va iluminando de nuevo tus tonos afables
Tu rostro triste a-zu-la-do quizá esté de-mo-ra-do al verme
Cuando caen gotas traslúcidas, como tu alma transparente, lo sé
Y es que amor eres tan multicolor, de mil bellezas radicales
que tienen todas un mismo hogar, y distinto motivo ocular
Qué digo que no sé decir lo único que siempre he querido decirte
Que el cielo es tan infinito como los colores de tus ojos
Y que la paleta de acuarelas que uso para definirlos no tiene
Ni lo gris de mis días sin tí, ni lo rojo de la pasión que inspiras
No sólo a mí, sino a todo aquél que se atreve a asomarse
En tus pupilas que me asesinan de una manera tan sublime
Cuando las secuestran dos cortinas de piel de marfil blanco
un blanco tan frío que me cala el recóndito corazón
Así me constato frustrada una y otra noche, el día no lo sé
Poque lo brillante de tu boca cincelada me ha cegado
Para que me parescan inocuos los amaneceres, impúdica el alba
Eternamente y nunca vuelva a admirar otra expresión
Que la de tu rostro cuando refleja tu temor, tu inocencia
Toda tu complejidad absurda y burda mil veces más
Pasa que tu nariz se encoje, como queriendo esconderse
Tus diente se aferran a tu labio inferior como yo a tu voz
Las cejas pobladas que tienes se alzan queriéndose alcanzar
y los ojos verdes que te fueron obsequiados se dilatan, ENGRANDECEN
Yo mientras tanto,
                 He reverdecido.

Preludio

El sigilo de tus latidos me envuelve, su cadencia y estupor
Déjame huir, que es uno de esos casos de ahora o nunca
No deseo repetir la carrera a las estrellas, noches clandestinas
En que se supone deberia estar dormida, porque agotada siempre
Cansada de tantos Repentinos suspiros que roban mi aliento
Por eso ya no te digo que te quiero
Porque esos susurros los hunde el peso del no deber ser
Entonces tus dulzuras me aterrorizan tanto
Como tus promesas me provocan el más intenso pánico
Pues son ambas excelsas en su intangibilidad
Y efímeras, similares al alba que te he robado.
Cada noche revivo de un color distinto, en su preludio.

Remo

Me haces ser infiel, te pertenezco en un principio
La lealtad es algo que se arraiga a mi sangre
Pero los impulsos traidores existen, aún en mi casta devoción
Así pienso cada vez más que me equivoqué
Cuando te conocí, erraron una sonrisa mis labios
Porque imitabas el rostro angelical, con su gesto glacial
Yo me equivoqué más elegantemente
Un desliz encantador que duraría sólo los domingos

Yo te condené; Fui quien pecó, tú tan solo cumplirías por mi.

Tu hermano, el cruel, el idéntico
Es terriblemente impetuoso como tú nunca supiste serlo
No sé si lo respeto o le tengo miedo
Lo que entiendo es que me deshace en pavor
Soy un manojo de nervios cuando sé de él
Huí mil veces a tus brazos, deseando fueran los de él
Pero mírame, soy frágil a pesar de que me juraste que jamás lo sería
Tanto que todos los años ahora son suyos, sólo suyos

Tanto que no me importa si mueres cuanto más yo permanezca con él
Tanto que ya no sé ser tuya, ya no sé engrandecerte
Sin embargo, con él es todo muy diferente
Él a mí no me elogia, me empequeñece, me olvida
E impensablemente a mí me basta con saberlo
Con adivinarlo en su Despotismo idiotizante
Para que me dé un vuelco al corazón
En cada noche que lo veo te juro yo a Ti
Que mis pupilas se llenarán con su sólo reflejo
Y mi voz entonará el himno más sublime
Que tiene 6 letras y lo lleva él por Nombre.

Cielo (CAELUM')



 No te robes mi pedazo de cielo
Pues lo he coloreado millones de veces
De azul, de blanco, de tonos rojizos
Que sólo tú has logrado ver en mis ojos
Desiste de hurtar ese mar tan enorme de mi imaginación
Porque el cielo y el mar son uno mismo
si arrebatas alguno, acabas conmigo
Sé que sigo pintando, pero tú debes saber otra cosa
Que el jardín, las acuarelas y el cuadro
Se quedaron tan incompletos como mi cama
Tan vacíos como mi casa entera y Hueca
A pesar de que el cielo sobre mi cabeza
Sigue infinito, perenne y excelso
Como lo coloreé la última vez que me besaste
Así es amor mío, ya han pasado tres estaciones
Hace un año que fuiste tan mío
Tan mio tan mio tan eternamente mío
Como el cielo, una vez más
Pero la eternidad se nos acaba, como la juventud
Cabellos negros enblanquecen, y los ojos, negros también,
Oscurecen.
Eso te juro, que soy la misma en esencia
Y que había dentro de mí tantos colores para admirar
Que por el único y gigante dolor de amores deplorables
No te había dejado ver
Ahora te has ido, pero te quiero a más nada recibir
Ruégote entonces que invadas otros sueños
Y no más los míos, porque sin corazón y sin cielo ya
Debajo de nada, destrozan.

Contigo

Cuando no hay luz, eres tan suya como lo dicen tus ojos
Y en cuanto el cielo se enciende, lo eres un poco más
Te entregas y le perteneces como la luna a la noche
E inclusive aventuraría una posibilidad con tintes de certeza;
Que él te ha jurado la habilidad de ver las estrellas
Siempre que así lo predispongas con anticipo de un deseo,
Un beso y un murmuro que alcance la intimidad
Sé lo mucho que lo amas, y no pienso reprochártelo
Porque el color de tu cabello dice que todos los años son tuyos
Sin límites, y hasta carentes de proporción y coherencia
Pues esos años vuelan con alas rojas de colibrí
Entre tus meses, buscando sin hallar los de él;

Si yo fuera él, que definitivamente es idílico pensarlo,


No vería más remedio que estrecharte contra mi corazón
Porque serías una persona que aunque no amaría como debiera,

Me provocarías toda la tristeza del mundo por la forma en que me extrañarías.

Eres digna de adorar, e inclusive de elevar hasta lo sublime
Porque sin lograr describirte con palabras justas que
Den a entender lo poco terrenal que te siento
Porque tú eres una de esas pocas convicciones que tengo
Y Sé Que él Sería el más feliz del mundo
Siempre y nunca que Estuviera CONTIGO.